Probablemente si estás gestando, o has compartido de cerca con una mujer embarazada, la expresión “Baby Brain” te suene familiar.
Generalmente, este término es usado cuando una mujer gestante está más despistada, olvida ciertas cosas o siente que su mente ya no funciona igual que antes. Sin embargo, no es que estemos más “torpes” mientras gestamos, sino que desde el comienzo nos estamos transformando de una manera muy especial y preparándonos para cuidar a un otro. Aunque parezca difícil de creer, todos estos cambios son positivos.
Hay muchos estudios que han demostrado cómo durante el embarazo, la morfología del cerebro cambia (Carmona et al. 2019). Tal como ocurre en la adolescencia, durante el embarazo ocurre una poda neuronal, es decir, un perfeccionamiento de circuitos cerebrales. Esto va a favorecer la empatía y agudizar nuestra capacidad para responder a las emociones y necesidades de nuestra guagua.
¿Entonces es normal sentirme así? ¿Mi cerebro no está perdiendo habilidad? Claro que no, todo lo contrario, el cerebro de las madres se especializa y va a potenciar las áreas de la empatía, dejando de lado otras áreas, como la memoria y la atención, que en ese momento no son tan relevantes.
En palabras simples se podría decir que el cerebro no puede con todo, entonces prioriza para adaptarnos a las exigencias que implicará cuidar y criar a un bebé.
Por otro lado, junto con estos cambios, empieza a actuar un torrente hormonal muy intenso, que no sólo modifica el cuerpo de la mujer, sino que también puede provocar labilidad emocional, sentimientos de confusión y diversos cuestionamientos como: ¿Qué hago ahora? ¿Qué significa realmente ser madre? ¿Estaré lista para esto? Estos cuestionamientos son naturales y esperables e incluso se ha acuñado un término para referirse a este sentir: Matrescencia (término rescatado por la psicóloga Aurelie Athan).
El dar un espacio psíquico y social a todos estos cambios permite ir conformando esta nueva identidad materna, ya sea compartiendo lo que nos pasa con nuestros pares, pareja, familiares o conversando con otras madres que estén viviendo un proceso similar.
Todas estas transformaciones hacen del embarazo un período altamente sensible en la vida de la mujer. Es por eso que el cuidar y darles voz a las madres se torna tan relevante durante la gran labor de gestar. Si sientes que el camino se te está haciendo cuesta arriba, no te quedes con el malestar para ti. Muchas mujeres necesitamos acompañamiento en esta etapa de tremendos cambios y está bien pedir ayuda. Debemos cuidarnos para poder cuidar Casa de parto esta para ti.
Geraldine Branche
Psicologa perinatal de Casa de Parto